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    Entre Ríos, la avenida porteña con alma de barrio y joyitas de reina

    En un extremo exhibe la arquitectura con ecos neoclásicos de la sede del Congreso Nacional y cerca del otro, las torrecitas despojadas del Instituto Rosa A. Ibáñez (San Juan 1774), un ejemplo precioso de Art Décoporteño.

    Es decir, exhibe celebridades y propone sorpresas. Por eso, vale la pena pasear porla avenida Entre Ríos, arteria vial y comercial de la Ciudad de Buenos Aires, con tiempo y con data.

    Art Déco.Una maravilla de rectas depuradas en San Juan 1774, a metros de Entre Ríos. / Luciano Thieberger.

    Ya desde el colectivo se pueden ver espacios históricos. A la altura de Entre Ríos e Independencia, por ejemplo, el Mercado San Cristóbal, de 1882, el primero de la Ciudad de Buenos Aires que aún funciona -aunque su sede actual, con tres arcos de hormigón, fue diseñada en 1945 por el estudio SEPRA, de los arquitectos Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini-.

    Mercadito. El de San Cristóbal abrió en 1882 y lo reformaron en los años ’40. En Entre Ríos e Independencia. / Luciano Thieberger.

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    «Puentes». Con balconcitos, en un edificio del arquitecto Álvarez de los años 30. / Luciano Thieberger

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    Y al 962-70 de avenida Entre Ríos se puede ver un coloso de hormigón que el arquitecto gallego Guillermo Álvarez (1880-1929), pionero del modernismo en Buenos Aires, edificó en 1930.  Claro que para apreciar el «puente» hecho de balcones que une los cuerpos laterales de esa edificación y cómo planta arcos y aires de las típicas casonas italianas neorrenacentistas en medio de la austeridad racionalista es mejor bajarse del colectivo, acercarse.

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    Una de las obras más conocidas de Álvarez es «El castillo» o «La torre fantasma» de La Boca. Y algo de ese trabajo, concretamente, su decoración con una mezcla de almenas, ramilletes y formas geométricas, asoma en el edificio que creó en avenida Belgrano 1779, también a metros de Entre Ríos.

    Casa Anda. Una joya del arquitecto Virginio Colombo, prócer del Art Nouveau, en ruinas. Entre Ríos 1081. /Luciano Thieberger.

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    Casa Calise. De Virginio Colombo, en Hipólito Yrigoyen 2562, en Once. Restauraron la fachada, con más de 30 esculturas, y parte del interior y es un «modelo». / Juano TesoneMirá tambiénBuenos Aires, la reina de los rosedales

    El Art Nouveau también se luce en la avenida Entre Ríos. Se luce como parte (nomás) del mix de estilos de la bien conservada fachada de la Universidad Favaloro (a la altura de la calle Venezuela) y trata de lucirse en la Casa Anda (Entre Ríos 1081): una joya en ruinas. De rasgos venecianos, este palacete fue construido por el italiano Virginio Colombo (1885-1927), prócer del Nouveau a la italiana o Liberty, en 1922.Mirá tambiénMaravillas de cemento: cuatro edificios para “leer” el diccionario del Art Nouveau porteño

    Señorial. Este edificio, con toques modernistas, de Entre Ríos 495./ Luciano ThiebergerMirá tambiénSecretos del cielo porteño: cinco rascacielos que hicieron historia

    Colombo es el creador, entre unas 50 edificaciones en Capital, de la increíble Casa Calise (Hipólito Yrigoyen 2562, con más de 30 esculturas en la fachada), restaurada, en parte, en 2018, con apoyo vecinos y de la Sociedad Art Nouveau de Buenos Aires (AANBA) y fondos de la Ley de Mecenazgo. Y ese proceso en la Casa Calise se convirtió en un modelo para vecinos de la Casa Anda.

    Entre Ríos 505. La vieja casa de Piazzolla. / Luciano Thieberger

    Y Colombo es además un referente del cruce de influencias que caracteriza a la arquitectura de Buenos Aires, “la reina del Plata”, de las primeras décadas del siglo XX, con se asentaron los inmigrantes.Mirá tambiénLos 6 bares porteños que son máquinas del tiempo

    La avenida Entre Ríos guarda más historias. Una casa, al 505, donde vivió Piazzolla, con una placa pintada con el estilo del fileteado porteño que lo recuerda. Y otra en Alsina 1745, también a metros de Entre Ríos, donde Marcel Duchamp, padre del arte conceptual, vivió 9 meses entre 1918 y 1919. También residió allí Francisco Canaro. Y por esa razón el arte sale a la calle para homenajearlos cada año.

    Artes. Baile frente a la vieja casa de Duchamp y de Canaro, en Alsina 1745. Un homenaje que se repite cada año. / Martín BonettoMirá tambiénLa magia de Marcel Duchamp en Congreso: el arte sale a la calle para convertirla en una fiesta

    Así de rica y de diversa es la avenida Entre Ríos. De hecho Clarín ya le dedicó una nota GPS. Ahí apuntaba que será porque desde que nace en Rivadavia hasta que termina Caseros, se relaciona con Monserrat, San Nicolás, Balvanera y San Cristóbal, que esta arteria permite que convivan también el ajetreo y ritmos amables, sellos del Centro y de barrio, como en ninguna otra parte de la Ciudad de Buenos Aires. 

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    Los 6 destacados:

    1) De pulpería a café. Desde Turismo de la Ciudad recuerdan: «En la hoy populosa esquina de Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen -antes llamada Victoria-, desde 1860, funcionó una pulpería. Setenta años después, en 1930, se transformó en café». Café Victoria.

    Donde hubo una pulpería. Desde 2008, el Café Victoria. /Luciano Thieberger.

    Hay otros bares para probar en la avenida Entre Ríos. Cafecitos sencillos. Y otros con historia. El Gardel, en la esquina de Independencia, en la ochava del Mercado San Cristóbal, tiene más de cien años y se estima que en la década de 1930 empezó a llamarse Gardel Bar, hoy Gran Café Gardel de Buenos Aires. Decorado con fileteado,una fonola, fotos y otras pinturas, ofrece picadas tentadoras.Y, con platos abundantes y buenos precios, el Ebro, en la de Belgrano.Mirá tambiénEl Molino: secretos de un gigante dormido

    Pero como el Café Victoria está frente al Congreso, a sus mesas se sentaron políticos, entre ellos, su famoso vecino, en diagonal, cruzando Plaza Congreso, la Confitería del Molino). «Entre los políticos que pasaron por allí, tres llegaron a ser presidentes constitucionales: Arturo Illia, Raúl Alfonsín y Carlos Menem», dicen las fuentes.

    «Muchos actores también frecuentaron este bar, debido a su proximidad con el edificio de la Asociación Argentina de Actores. Y gente del tango, como Osvaldo Fresedo, Juan D´Arienzo, Alberto Podestá, Ángel D´Agostino y Enzo Valentino, también estuvieron entre sus habitués», agregan.Mirá tambiénRemodelación en la Casa Rosada: expertos en patrimonio histórico advierten que se infringió la ley

    El Café Victoria cerró en 2002. Seis años de vacío reabrió. La comida «de olla», las pizzas y las picadas son sus platos insignia. Reformado, conserva mobiliario, entre otras delicias.

    2) En el cielo. La cúpula se destaca en este edificio de impronta neoclásica, construido por los arquitectos Jacques Dunant y Gastón Mallet -autores de la sede del Centro Naval, en Florida 801, Retiro-, para la Asociación Española de Socorros Mutuos de Buenos Aires.

    Cúpula. De la ex Asociación Española de Socorros Mutuos, en Entre Ríos 197. / Luciano Thieberger.

    El investigador Alejandro Machado escribió: «En su tiempo, uno de los 10 edificios más imponentes del país». Y advirtió: «La obra fue ‘planchada’ en sus molduras de tal manera que le han borrado hasta la firma que estaba por la entrada de Alsina». En Entre Ríos 197.Mirá tambiénMás que oasis urbanos: los secretos de casonas porteñas que hicieron historia

    3) Pionero. El Mercado San Cristóbal es de 1882: el más antiguo de Capital que todavía está abierto. Su estructura de hierro se hizo en 1887. Pero 58 años después los arquitectos Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini, del estudio SEPRA, diseñaron la sede actual, con sus tres arcos de hormigón. Llegó a tener más de 150 locales. Hoy la pelea, con rubros que van desde pescadería hasta feria americana. En Entre Ríos e Independencia.

    Interior. El antiguo Mercado de San Cristóbal la pelea con negocios de rubros variados. / ArchivoMirá tambiénLa restauración del Mercado del Progreso de Caballito: al rescate de su herencia art déco

    4) Moderno. Este edificio fue construido por el arquitecto gallego Guillermo Álvarez, en 1930, para rentas. Como contó Clarín en esta nota GPS, «es una obra tardía, que no refleja al modernismo de su ‘Torre del Fantasma’ de La Boca», según explicó Horacio Elgorriaga, de la Asociación Art Nouveau de Buenos Aires.

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    Arco. De cuento, en el complejo de viviendas de Entre Ríos al 900. / Luciano Thieberger.

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    Álvarez II. Este edificio, de Belgrano 1779, a metros de Entre Ríos, es obra del mismo arquitecto que el de la foto de arriba. / Luciano Thieberger.

    «Tenía el dato oficial (…) pero el estilo no me cerraba, por suerte, llegó la confirmación a través de una práctica que hoy es muy importante para los buceadores del patrimonio, los avisos en las revistas de construcción», escribió, por su parte, Alejandro Machado en el blog Arq. Guillermo Alvarez: Catálogo on line de sus obras. Allí reproduce parte de la edición de la publicación «El arquitecto constructor» del 1° de junio de 1929, donde aparece esta «magnífica obra de cemento armado» en construcción. En Entre Ríos 962/70.Mirá tambiénDe los poetas negros a Borges: un paseo literario por San Telmo

    5) Casa Anda. De 1922, en ruinas, mantiene sellos del arquitecto italiano Virginio Colombo, clave del Art Nouveau a la porteña. Un estilo que, grosso modo, se puede definir como una estructura con armonía neorrenacentista, curvas imponentes, rectas gráciles y arte hasta en las fachadas. Entre los trabajos más famosos de Colombo están la de la Casa Calise y la De los Pavos Reales (Rivadavia 3216, con los mismos aires de palacete veneciano que esta), ambas en Once. Abandonada, tomada, tapiada, la Casa Anda pide a gritos su puesta en valor. En Entre Ríos 1081.

    A recuperar. La Casa Anda, en Entre Ríos al 1000, es de 1922. Está tapiada. /Luciano Thieberger.

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    Detalle de la Casa Anda. Su belleza aún se asoma en Entre Ríos al 1000, pese al deterioro.

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    6) Bonus track, de terror: La Casa Anda tiene incluso una leyenda: la del ahorcado del mirador -que, de acuerdo con expertos, fue agregado a la edificación original-. El ahorcado sería Emmanuel Rocatagliatta, quien habría matado a su hermano mellizo, Vittorio, por celos por una vecina a fines de la década de 1920, y luego se habría suicidado. No es todo: el cuento sigue con que el padre de los hermanos, Luiggi, murió ahí, de espanto. 

    Fuente: Clarin.com del 23 de enero de 2020

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